Sábado 27F por la mañana. Hemos quedado para hacer apuntes de los bueyes que se ven desde el camino que discurre entre Gines y Valencina. Todavía tengo que afinar para que no parezcan toros.
Como, aunque son pacientes, no aguantan mucho tiempo en la misma pose, y además hace un viento fresquito, cambiamos de sitio. Un burrillo que tampoco está quieto y una vista sencilla desde un banco de una plazoleta.
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